Cuando se utiliza una factura

Facturación

En una empresa orientada a la prestación de servicios, la factura se genera una vez prestado el servicio. Sin embargo, las mejores prácticas consistirían en que la empresa hiciera primero un seguimiento con el cliente, para asegurarse de que está satisfecho. Pongamos un ejemplo.

Larry’s Lighting ha sido contratada no sólo para suministrar un nuevo sistema de iluminación para el restaurante Richard’s, sino también para instalarlo. El técnico termina el pedido y se pone en contacto con Richard. Richard está encantado con el trabajo. El técnico vuelve a su oficina, consulta con su supervisor y éste informa al departamento de contabilidad de que su trabajo está terminado y que deben enviar una factura al restaurante de Richard. Esto es para que Larry’s Lighting pueda cobrar.

Pero supongamos que el técnico no se ha puesto en contacto con Richard para conocer su opinión. Richard no está satisfecho con el trabajo y cuando recibe la factura se queja. Aquí se ha perdido algo de tiempo, ya que ahora debe intervenir la dirección. Tal vez se ofrezca un descuento, pero eso significa que la factura debe modificarse y volver a emitirse. Esto retrasa un mes el pago a Larry’s Lighting.

Factura frente a recibo

La invención de los ordenadores trajo consigo el siguiente gran cambio en la facturación. Esta revolución se desencadenó por el deseo de reducir los costes tradicionales y la mano de obra. La facturación se hizo más barata, fácil y rápida con las facturas electrónicas.

La llegada de Internet dio lugar a formas mejores, más seguras y más ecológicas de comunicarse con los clientes. Las facturas en línea carecen de papel, ya que se envían por correo electrónico y los pagos se realizan en línea.

El software de facturación ayuda a que las relaciones con los clientes alcancen un nuevo nivel. Un buen software de facturación incluye soporte CRM y un portal del cliente para que los clientes puedan hacer un seguimiento de sus transacciones o realizar pagos en línea.

Presupuesto factura deutsch

Lo hemos dicho antes, y lo diremos de nuevo: propietarios de pequeñas empresas, os saludamos. Tener la pasión, el empuje y la fortaleza para crear su propia empresa no es ninguna hazaña, y usted sabe muy bien que implica el constante giro de platos, y la facturación es probablemente uno de ellos.

Así que, si estás pensando en dar el salto al mundo de las facturas, o incluso si ya tienes una y estás buscando formas de mejorarla, en este artículo vamos a repasar 10 razones por las que la facturación puede ser tan beneficiosa para tu pequeña empresa: nunca ha sido tan sencilla y seguro que te hará la vida más fácil como empresario.

¿Y quién no quiere eso? Si ofrece facturas, permite a su cliente pagar después de que usted haya prestado un servicio, completado un trabajo, etc., y eso le hace la vida más fácil. Así que al ofrecer una factura le das a tu cliente una forma cómoda de pagar.

Y no sólo eso, sino que, de paso, le ayudas a mantener el control de sus finanzas. Las facturas contienen información sobre lo que se ha comprado, cuándo, a qué precio, los posibles recargos por demora, etc., y se trata de una información muy útil para los consumidores, tanto ahora como en el futuro, a la hora de controlar su efectivo.

Factura deutsch

El papeleo financiero que conlleva dirigir una empresa puede resultar confuso, pero es importante ordenarlo todo. Mantener el papeleo al día es un aspecto crucial para mantener registros precisos y comprender su situación financiera. Dos documentos especialmente importantes son las facturas y los recibos. Todo empresario de éxito debe conocer los entresijos de estos documentos y saber cuándo y cómo utilizarlos.

Tanto las facturas como los recibos se utilizan para registrar la venta de bienes o servicios entre una empresa y sus clientes; sin embargo, las dos diferencias clave entre ambos son cuándo se generan y cómo se contabilizan.

Una factura es un documento detallado que desglosa los productos y servicios y calcula lo que un cliente le debe por el tiempo, el trabajo y los materiales. Por ejemplo, si eres diseñador gráfico y has creado un gráfico para un cliente, le facturarías el tiempo que te llevó crearlo. Si has tenido que comprar una foto para incluirla en el gráfico, también la incluirías en la factura.