A partir de cuando fue obligatorio la factura digital

Requisitos de facturación electrónica en Australia

El Gobierno Federal anunció la semana pasada su intención de introducir un "derecho de facturación electrónica para las empresas" (Business eInvoicing Right, BER), que obliga a todas las empresas de Australia a cumplir cualquier solicitud de un socio comercial habilitado para la facturación electrónica de enviar facturas electrónicas a través de la red Peppol. De acuerdo con la propuesta del Gobierno, las grandes empresas deberán estar habilitadas para cumplir con el derecho de facturación electrónica en julio de 2023, las medianas empresas en julio de 2024 y las pequeñas empresas en julio de 2025.

El REC es consecuencia del mandato del Gobierno Federal de adoptar la facturación electrónica Peppol para sus adquisiciones antes de julio de 2022 y de varias implantaciones de Peppol por parte de los Gobiernos estatales, y se propone para dar seguridad al mercado de que habrá los volúmenes de comercio necesarios para desbloquear los beneficios de la facturación electrónica en toda la economía.

El REC obligará a todas las empresas a estar habilitadas para Peppol en julio de 2025 y requerirá la implantación de tecnología. También ofrece a las empresas oportunidades para digitalizar y reforzar los procesos y controles O2C y P2P y alinearlos con objetivos ESG más amplios. Sin embargo, un período de aplicación de 18 meses para las grandes empresas en particular no dejará mucho tiempo para que los proyectos se completen, por lo que se recomienda una planificación temprana.

Mandato de facturación electrónica

A partir del 18 de abril de 2019, las administraciones públicas de todos los Estados miembros de la UE están obligadas a recibir y procesar electrónicamente sus facturas. Esto afecta a todas las operaciones y transacciones B2G (de empresa a administración) y G2G (de administración a administración) dentro de la Unión Europea.

El reglamento 2014/55/UE tiene como objetivo estandarizar un formato común europeo de facturación electrónica, para que cualquier proveedor público o privado pueda trabajar con las administraciones públicas europeas sin problemas. El desarrollo del comercio transfronterizo entra dentro de los principales objetivos de la UE.Esta no es la primera medida aplicada por la Unión Europea en materia de facturación electrónica. Entre 2008 y 2012 se desarrolló el proyecto PEPPOL, en el que se cumplen especificaciones y normas para facilitar el intercambio electrónico de documentos, y que se aplicará tanto en el ámbito público como en el privado, a escala mundial. Avanzando, el Comité Europeo de Normalización (CEN) estableció en 2017 dos normas de sintaxis para la facturación europea: UN/CEFACT y UBL. Este último formato es el estándar que observa la nueva normativa sobre facturación europea.

Facturación electrónica Ato

: El proceso de facturación se remonta a la antigua civilización mesopotámica (actuales Irak, Kuwait y Siria), hace unos 4000 años. Las normas de facturación se establecieron en el código de Hammurabi. Posteriormente, se cree que los romanos fueron los primeros en vender pagarés para realizar transacciones comerciales. En términos sencillos, una factura básica no es más que el registro de una transacción que el vendedor entrega al comprador para recibir el pago por los servicios prestados. En aquella época se denominaba recibo de compra y surgió cuando se sintió la necesidad de gestionar la compraventa de mercancías e inventarios.

Durante el siglo XIII, los judíos huyeron a Italia para escapar de la persecución en España. No se les permitía poseer tierras en Italia, pero podían ocuparse con justicia del comercio local. Entonces empezaron a cobrar una comisión por el uso del dinero en efectivo. Poco a poco, a medida que crecía el servicio, empezaron a adelantar dinero por la venta de productos en el extranjero. Posteriormente, se introdujo la banca mercantil, en la que los fondos se cambiaban por mercancías antes de ser enviadas al extranjero.

Peppol facturación electrónica australia

La facturación electrónica (e-Invoicing), es decir, una factura emitida, enviada y recibida en un formato electrónico estructurado que permite su tratamiento automático y electrónico [39], aporta numerosas ventajas a todos los usuarios (emisores y receptores). Al automatizar los procesos empresariales pertinentes, la facturación electrónica permite ahorrar costes, aumentar la eficacia, agilizar los pagos y reducir el impacto medioambiental, especialmente si otros documentos empresariales, como el pedido y el aviso de expedición, también están disponibles en formato electrónico. Su despliegue es una herramienta sólida de apoyo a las políticas empresariales y financieras, ya que hace que las empresas sean más eficientes y genera ahorros potencialmente significativos para los gobiernos de los Estados miembros. Por ello, la facturación electrónica figura en la agenda digital de la UE como una de las acciones clave de su primer pilar ("Un mercado único digital dinámico"). Además, contribuye significativamente a la agenda digital de la UE al promover el desarrollo de la administración electrónica y facilitar la accesibilidad a los usuarios con discapacidades (véase la sección separada sobre accesibilidad de los productos y servicios TIC y accesibilidad web).

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